El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, lo que implica una progresión más o menos lenta y constante que comporta una inherente necesidad de adaptación al cambio. Desde el momento del diagnóstico, la persona afectada y sus seres queridos más cercanos se ven confrontados con una
El duelo no es solo una reacción tras la muerte de una persona, sino también ante otras pérdidas significativas que sufrimos a lo largo de la vida. La adaptación a la pérdida de un ser querido también se puede hacer en un largo proceso de vida, como sucede cuando se convive con un ser
El duelo es una respuesta, natural y humana, a una pérdida significativa. No se limita únicamente a la pérdida por la muerte de una persona. La vivencia de la enfermedad de Alzheimer en un ser querido supone enfrentarse constantemente con el sentimiento de pérdida. Esta pérdida genera un
En España, el 90% de las personas que padecen Alzheimer son cuidados directamente por sus familias. En la gran mayoría de casos, la responsabilidad recae en el cónyuge de la persona enferma o, en menor medida, en algún hijo o hija, con una dedicación de 15 horas diarias los siete días de
Cuando perdemos a un ser querido, se inicia un proceso de duelo, necesario e inevitable, que nos ha de llevar a aceptar esa pérdida en nuestras vidas. El dolor que sentimos nos ayuda a reconducir y reencontrar nuestro sentido de la vida, encajando la pérdida en una nueva fase vital.
La situación que estamos viviendo en estos días de alarma sanitaria y confinamiento está teniendo consecuencias dolorosas y difíciles de afrontar, particularmente para quienes han perdido a un ser querido, ya sea por la infección por coronavirus, o por otras causas.
El Alzheimer conlleva una progresiva pérdida de funciones que impacta en la autonomía de quien la padece y, de forma indirecta, de quien se ocupa de atenderle y cuidarle. El proceso de la enfermedad está entretejido de pérdidas (de capacidades, de oportunidades, de relaciones, de