Sobrellevar y superar las adversidades de la vida, como es el caso de tener un ser querido con la enfermedad de Alzheimer, genera sufrimiento pero, a la vez, nos puede hacer crecer interiormente y, a menudo, modificar nuestra escala de valores y prioridades.
El bienestar de una persona con Alzheimer depende, entre otros factores, del bienestar de quien le cuida. En España, el 80% de las personas afectadas por esta enfermedad son atendidas por sus familias. Es destacable que, aproximadamente el 67% de las personas cuidadoras principales son
La labor de cuidar a un familiar con Alzheimer requiere de una dedicación cada vez mayor y más exhaustiva, siendo difícil de sobrellevar por una sola persona, quien ejerce la función de cuidadora principal. Por esta razón, conocer algunos consejos para pedir ayuda, en una situación de
En España, la atención directa y los cuidados que requieren las personas con Alzheimer recaen en la familia en el 80% de los casos. Suele ser el cónyuge, o menos frecuentemente algún hijo o hija, quien se responsabiliza de atender al ser querido que, a medida que avance la
El duelo no es solo una reacción tras la muerte de una persona, sino también ante otras pérdidas significativas que sufrimos a lo largo de la vida. La adaptación a la pérdida de un ser querido también se puede hacer en un largo proceso de vida, como sucede cuando se convive con un ser
Convertirse en el la persona cuidadora principal de un familiar con Alzheimer exige una atención continua y una constante adaptación a nuevas situaciones relacionadas con el avance de la enfermedad y la pérdida de autonomía de la persona afectada, todo ello fuente generadora de ansiedad.
Las personas cuidadoras de personas con Alzheimer están expuestos a lo que se conoce como el síndrome de sobrecarga de la persona cuidadora.
Desde que se recibe el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer en un ser querido, toda la familia, pero, principalmente, quién le cuidará, emprende necesariamente un camino que será duro y complejo.
El diagnóstico de Alzheimer suele causar un gran impacto en la familia de la persona afectada y normalmente es difícil de aceptar. Tras el diagnóstico, se inicia el afrontamiento de un proceso que suele ser largo, incierto y complejo.
Actualmente, en España hay 800.000 personas que sufren Alzheimer y otras formas de demencia.